· La foto del consumo está muy parecida a la de 2017, con muchos sectores creciendo fuerte, fundamentalmente en bienes durables y servicios
· El año pasado tuvo un crecimiento de doble dígito todo lo vinculado a la construcción, autos, motos, camiones (un indicador que marca mucho el nivel de actividad económica), y algunos otros bienes que tuvieron acción política, como la quita de aranceles en las computadoras que generó una explosión de venta en notebooks
· ¿Dónde está la situación más compleja? En el consumo masivo, en el que se ve un corrimiento de lo que eran consumos a corto plazo por distintos motivos, entre ellos, porque hay un flujo de dinero porque está pagando cosas que antes no se pagaban
· Las tarifas han cambiado la lógica de consumo en la Argentina
· Claramente hay un dinero que está yendo a pagar algo que antes no se pagaba, y esas son las tarifas, que han cambiado toda la lógica de consumo en la Argentina
· El gran enemigo del consumo son las tarifas: la gente dice que no alcanza para consumir igual que consumía antes, cambió la manera o el abordaje
· Hay que ahorrar porque cambió el centro de la escena; no se termina de saber cómo va a ser la estructura de gastos cotidiana y, además, porque aparecen alternativas de ahorro que antes no estaban
· En 2017 se tuvo algo que generó el deseo de ahorro, y esos son los créditos hipotecarios, que, junto a los personales, volaron
· Se ven opciones atractivas en los bienes durables después de quince años sin créditos
· No es que no haya dinero, sino que se usa distinto, depende mucho de las clases sociales y de la situación de cada uno
· El fenómeno de fondo es un cambio de época en la era Macri versus la era kirchnerista en cómo la gente aborda el consumo y, lo defino como una nueva modalidad