“LO QUE SE JUEGA EN ESTA ELECCIÓN ES EL CIERRE DE LA CICATRIZ DE 2001"

El titular de la consultora W asegura que casi 60% de los argentinos cree que “no estamos ni del todo bien ni del todo mal”. Descartó un escenario de crisis para 2016.

 

El nivel de consumo ha sido uno de los pilares de la dinámica económica de la última década. Y el poder de fuego del bolsillo siempre ha tenido su peso propio en las urnas.

Para Guillermo Oliveto, de la consultora W, “el consumo es un vector de identidad” en la sociedad argentina, aunque consideró que el actual modelo ya no tiene “el mismo nivel de prestaciones” y que en el balotaje del próximo domingo se pondrá en juego “el cierre de la cicatriz de 2001”.

Invitado por el Círculo Profesional de la Comunicación Institucional y las Relaciones Públicas de Córdoba (Circom), Oliveto expuso ayer en la 6ª Jornada de Actualización Profesional que realizó esa entidad.

Antes, en diálogo con La Voz del Interior , el especialista desgranó su diagnóstico sobre el escenario actual.

“El 80 por ciento de los argentinos se identifica como de clase media, cuando sólo 47 por ciento realmente lo es. Esto hace que el consumo, sobre todo el portable, le haya permitido a la sociedad demostrarse que había logrado recuperarse de la crisis de 2001”, señaló.

“Lo que muy hábilmente rescató el kirchnerismo iniciático fue que la mejor manera de sacar a la gente de la calle era volver a ponerla en el shopping y en el supermercado. Y entendió que eso, para los argentinos, es muy relevante”, añadió.

–¿Qué rol jugará entonces el consumo en el balotaje?

–Yo creo que el kirchnerismo está muy enojado, porque la variable que le funcionó muy bien hasta ahora, ya no lo hace igual, y que básicamente era ‘yo te doy consumo y vos me das votos’. En los últimos cuatro años, los peores del ciclo, la economía prácticamente no crece, aunque se mantuvo un nivel relativamente alto de consumo y por eso la elección es competitiva, de lo contrario no habría balotaje.

–¿Eso está mensurado?

–El 57 por ciento cree que no estamos ni del todo bien ni del todo mal. Y eso se está expresando en este proceso electoral. Creo que la sociedad está demandando construir sobre lo conseguido, nadie quiere perder el proceso de recuperación. Igual, es tan cierto que el kirchnerismo logró volver a meter otra vez a 11,5 millones de personas en la clase media como que la movilidad social ascendente se frenó desde 2011.

–¿Hay un agotamiento del ciclo o incapacidad para generar condiciones de crecimiento?

–El modelo empezó a no tener el mismo nivel de prestaciones y eso hizo que la sociedad empiece a estar atenta a otras posibilidades. La tensión es si vas a votar mirando 12 años, o sea, mirando el proyecto, o mirando los últimos cuatro. Yo creo que lo que se juega en esta elección es el cierre de la cicatriz de 2001. Hay que entender que esta cicatriz está muy presente todavía en la mente de los argentinos. Eso queda verificado con la campaña del miedo, que busca instalar el ‘no se olviden de dónde venimos’. Si gana la opción de mirar los últimos cuatro años, será porque la sociedad está decidiendo dar vuelta la cabeza, dejar de mirar hacia atrás y mirar el futuro. Esto no quiere decir que el temor desaparezca, se animan a votar a otra cosa pese al temor, pero el miedo estará latente, agazapado, y es un condicionamiento muy importante para el próximo gobierno.

–¿Qué escenario avizora para 2016?

–Pensemos en un escenario que sea 50 por ciento gradualismo y 50 por ciento deshock . También está el escenario fantasma, que es el miedo a que se recicle la crisis, que a mi modo de ver hay que descartar porque las condiciones no son las mismas. Si fuera gradualismo, será un año muy similar a este, con crecimiento moderado, estancamiento de bienes durables o caída, con inflación de 20 a 25 por ciento. Conshock es probable que tengamos más inflación, porque no todos los precios de la economía están fijados con el dólar blue . Si hubiera una devaluación importante, eso oxigenaría a las economías regionales, con el simbolismo del fin del cepo. El problema será la inflación y cuánto tolerará el poder adquisitivo. Será como 2014, cuando hubo 36 por ciento de inflación, caída real de cinco puntos del poder adquisitivo. Pero ese año no devino en una terrible crisis. Hubo malhumor y fastidio, pero al final nada explotó.

–¿Cómo imagina el cierre de Cristina?

–El kirchnerismo ha instalado muchas marcas: Procrear, Progresar, Sube, Ahora 12, Precios Cuidados, los programas para todos. La última es “no fue magia”. Creo que ese será su mensaje. Se va a parar en lo que dio, como una especie de madre protectora. Me parece que va a trabajar sobre ese legado, con un discurso que en muchas cosas se basa en verdades, el problema es que hay muchas cosas que no cuenta.

– ¿El próximo presidente también tendrá un relato?

–Sí. El kirchnerismo lo hizo y lo antepuso rápidamente a otro, que era el del menemismo. Habrá una transición de relatos, herencias también. El “no fue magia” no es otra cosa que el “Menem lo hizo”. El nuevo presidente tendrá que construir su identidad, su marca. Y lo hará bastante rápido, porque si no se logra un nuevo paradigma, un nuevo discurso, será difícil hacer las correcciones.

Copyright W & Guillermo Oliveto.