LAS PARITARIAS DEFINIRÁN CÓMO ES EL CONSUMIDOR DE LA ERA MACRI

ENTRE LA RETRACCION 2014 Y EL EMPATE 2015

Las paritarias definirán cómo es el consumidor de la era Macri

Si bien el nuevo gobierno de Mauricio Macri inicialmente parecería haberse inclinado por políticas más de shock en el tema cambiario al abrir el cepo prácticamente al inicio del mandato y también en la baja de retenciones, en todo el resto parecería estar inclinándose por el gradualismo.

Una señal fue que la devaluación fue menos brusca que lo anticipado por muchos analistas y por los mercados. No es lo mismo un dólar en la banda de $ 13 / $ 13.50 que uno en la de $ 15 / $ 16. Calma expectativas. Cuando la sociedad percibe que el precio del dólar está “controlado” lo que decodifica es que hay “control” sobre la economía. Y esto la tranquiliza.

Un ajuste clásico de carácter neoliberal –que es lo que estaría esperando la oposición más extrema pero no el resto de la oposición– sería claramente contradictorio con este gran objetivo. Bajo este marco, ahora “empieza el partido” para el Gobierno. La sociedad no conoce demasiado de macroeconomía, pero sí de microeconomía. Lo que le importa es si le rinde el dinero. La batalla real es la del poder adquisitivo. Durante el verano deberá dar pelea a los “precios nuevos” con “sueldos viejos”. En este sentido será muy importante no sólo el nivel de inflación, sino también el monto de los acuerdos salariales. Si lograran mantener la inflación en el orden de 2015, alrededor del 25/27%, y que los salarios se ubicaran en un nivel similar, es dable esperar en consumo un año parecido al del año que estamos cerrando. Con crecimientos o caídas moderadas. Seguramente con caídas en el primer trimestre o primer semestre que se fueran compensando en la segunda mitad del año.

Si, por el contrario, la inflación fuera del orden del 35% y los salarios corrigieran por debajo (28/30%) es de esperar un año similar a 2014, con contracción del consumo, mucho más notoria en bienes durables que en alimentos y bebidas. Nuevamente, el primer semestre mostraría el momento más difícil del año. Si bien este escenario es, desde el punto de vista del consumo y su impacto social, más complejo que el otro, la sociedad argentina ya supo atravesarlo, con razonable habilidad. Protestó, se fastidió, hubo malhumor, pero lo toleró. Habría que ver cuánto de ese “fastidio” se compensa con las expectativas positivas de un nuevo gobierno.

Más allá de que inicialmente pudiera darse una retracción del consumo, es clave qué suceda con el empleo, qué tan pronto lleguen los “salarios nuevos” a la calle, y de qué modo se articulen las necesarias correcciones de la “macro” con una “micro” que no sólo no percibe ninguna crisis, sino que siente que las cosas “más o menos” funcionan.

La sociedad ha naturalizado la inflación y aprendió  a manejarla. Hoy más del 70% es optimista para el año, a pesar de prever que la inflación rondará el 35%. Para que no se rompa ese complejo equilibrio, no sólo es importante lo que haga el Gobierno, sino también cómo lo haga y también cómo lo diga. Hay lgunos precios icónicos desde donde se construye percepción: la carne, sobre todo asado y milanesas, pan y facturas, leche, fideos y, por supuesto, dólar. Además, la nafta y los servicios públicos. Es ahí donde la “macro” se vuelve “micro” y donde el consumo trasciende lo cotidiano para cobrar dimensión social y por ende tener impacto político.

*Autor de Argenchip.

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