POR QUÉ LA REACTIVACIÓN NO SE SIENTE: TRES MOTIVOS QUE DESVELAN A MACRI

Los responsables de la conducción económica recurren a una frase para describir este momento de la economía preelectoral: se halla en un punto de inflexión. ¿Cómo es eso? “La actividad arrancó”, dicen. “Pero hay un segmento de la población que no llega a fin de mes mientras a otro le va bien. Es un punto de inflexión”.

En la Casa Rosada, cerca del Presidente, exhiben un repertorio de cifras optimistas. La inversión crece al 10% anual, la expansión del PBI en 2018 será mayor y la inflación bajará este y el próximo año. Sin embargo, reconocen, “hay que distinguir la situación de la macroeconomía del momento personal de las familias”.

La macroeconomía es como un trasatlántico: los efectos de las correcciones demoran en percibirse y efectivizarse. Además, las estrategias también influyen. La inversión crecerá a tasas chinas pero en definitiva equivale a apenas poco más de 15% del PBI en Argentina mientras que el consumo es más del 70%. O sea, fomentar el consumo pisando tarifas o el dólar es más expansivo que no hacerlo. Y si además se tiene en cuenta, como señala Guillermo Oliveto, que el 40% del gasto en consumo de las familias (alimentos, bebidas, artículos de limpieza y tocador) se contrae, no es muy difícil entender entonces por qué la reactivación no se siente.

A continuación, tres interpretaciones de la Casa Rosada acerca de por qué la economía tendrá un rol neutral en las elecciones de agosto:

1. Van sólo 100 días de recuperación

Cerca de Macri dicen que la reactivación está aún en pañales, apenas cumplió 100 días. Evalúan que los peores meses fueron entre marzo 2016 y marzo 2017. “Recordemos que el primer trimestre del año pasado la actividad aún mostraba dinamismo. Luego vino lo peor”.

En marzo de 2016 la industria registró el primer dato negativo significativo con una caída cercana a 4%. Y recién un año después, en marzo de 2017, la industria dejó de contraerse en términos interanuales para asomar la cabeza debajo del agua y exhibir el crecimiento actual. En el medio la actividad cruzó el desierto de la salida del default y la corrección de las tarifas.

Finalmente, la economía comenzó a recuperar en el tercer trimestre del año pasado cuando el PBI creció 0,1%. Sin embargo, comentan cerca del Presidente, “las mejoras ocurren desde abril de este año”. Explican que desde hace cuatro meses hay números “sólidos”, con cifras positivas extendidas en distintas variables, sectores y zonas del país. “Con lo cual la recuperación económica de la que hablamos a la opinión pública es muy reciente y tiene poco más de 100 días”. Pero dejan un pronóstico: “En octubre la temperatura de la calle será mejor”.

2. La política metió la cola

“La percepción del público sobre qué sucede con la economía está determinada por su percepción de la política”, es la máxima de un alto funcionario. ¿Qué quiere decir? Que más allá de lo despareja de la recuperación y las cifras, hay un voto que no se inclinará por Cambiemos, esto es, independientemente de si mejora o no su situación económica personal.

Asimismo, en el Gobierno interpretan que la estrategia de Cristina Kirchner en la campaña ha sido “dejar el espacio libre en lo territorial y en lo mediático. Estamos solos en la cancha”. Así, con Cambiemos haciendo campaña “sólo”, la oposición prioriza la crítica al desempeño de la economía y golpea con la comparación: señala que antes se estaba mejor. Lo dice por ejemplo el índice de Confianza del Consumidor de la Universidad Di Tella. En julio el ICC subió 1% respecto a junio. Pero bajó 7% respecto a julio de 2016 y 16,8% de julio 2015.

Finalmente, la suba abrupta del dólar obedeció a razones políticas especulan en la Rosada. Mas precisamente al impacto de la candidatura de Cristina Kirchner. El riesgo país subió por ejemplo 40 puntos básicos desde su oficialización. “El precio del dólar refleja la duda e incertidumbre de si esto se controla o no”.

3. Porque una porción de la población que no se vincula con los sectores más dinámicos de la economía

Por un lado hay una economía que crece: básicamente el campo y la construcción. Sin embargo, las recuperaciones de esas ramas explican sólo cerca del 20% del aumento de empleo formal en un año. El restante 80% (un mayor número de monotributistas, personal de servicio doméstico y empleados públicos) proviene de áreas que aportan menos valor agregado a otras. Detrás de todo esto aparece además el empleo informal. “Hay una parte de la población que no depende del vínculo con la economía”, es la explicación que encuentran en la Casa Rosada.

Copyright W & Guillermo Oliveto.