Analistas registraron una retracción en el primer trimestre por la inflación y la falta de acuerdos salariales; prevén mejoras en el segundo semestre
Autor:Francisco Jueguen
Las metáforas ayudan, muchas veces, a iluminar la realidad. Las expectativas sobre el consumo este año se parecen a las que rigen los 90 minutos de un partido de fútbol en la altura: un 0 a 0, bien trabajoso para todos los jugadores, es visto casi como un buen resultado.
Con un 4% promedio de inflación en los primeros cinco meses del año y con muchas paritarias aún sin cerrarse, varios analistas ven perdido el primer semestre del año en materia de consumo. El humor social lo dice todo -ayer marcharon las cinco centrales obreras juntas por primera vez en años (ver Primera Sección)- y la confianza, que el presidente Mauricio Macri dice querer recuperar, anda por el piso. Por caso, el índice de confianza al consumidor que prepara la Universidad Di Tella (UTDT) se desplomó 18,3% en abril con relación al mismo mes del año pasado.
Sin embargo, a mitad de año se apagará la tradicional consigna de "precios nuevos, salarios viejos" y -estiman los expertos- la inflación comenzará un proceso de desaceleración, por lo menos a un piso mensual de 2%, el mismo que rigió durante los últimos años del kirchnerismo en el poder. A fines de año, en tanto, de la luz roja en la que se encuentra hoy el consumo se pasará a la amarilla, pero ese leve impulso no será suficiente: las estimaciones calculan que 2016 será un año planchado en materia de consumo o que incluso mostrará una leve baja.
"Pensando en el costo general de los bienes hoy en día y de la situación financiera, ¿usted diría que es un buen o un mal momento para comprar productos como electrodomésticos, lavarropas, heladeras, televisores, etc.?", preguntó TNS Argentina a 1000 personas de más de 18 años en enero, febrero y marzo de este año. En enero, el 37% de los consultados por la encuestadora afirmó que no es ni un buen ni un mal momento para ir de compras. Ese porcentaje subió en febrero (42%) y bajó nuevamente en marzo (37%). En tanto, los que dijeron que eran malos tiempos para el consumo fueron un 29% en enero; 25%, en febrero y un 30% el mes pasado. Sólo un 2% de los consultados estimó que se trata de una buena época para consumir.
"Es imposible negar la contracción del consumo en el primer trimestre", indicó Guillermo Olivetto. Según sus números, para ese período cayó significativamente en varias categorías clave: carne (-6%), alimentos (-4% y -4,5%), electrodomésticos (-10%), gastronomía (-20%), despacho de cemento (-8,5%). "Entre noviembre y abril hay una inflación del 25% con salarios viejos. En abril va a haber un emperoramiento", confió Olivetto.
"El consumo muestra una fuerte caída en el primer trimestre, incluso peor que la que hubo en ese mismo período de 2014", estimó Lorenzo Sigaut Gravina, economista jefe de la consultora Ecolatina. "Hubo una devaluación y una suba de tarifas más profundas que entonces. Era previsible que pasara esto con el consumo. Y hoy tenemos salarios viejos y precios nuevos", agregó.
Los especialistas en consumo y los economistas creen que la situación mejorará en el segundo semestre. Es también la expectativa oficial. Según la consultora Abeceb, el primer semestre registró una caída del consumo privado del 1,3 por ciento. "La desaceleración inflacionaria, el cierre de paritarias, la normalización de la política monetaria y una mejora de expectativas" moderarán la retracción al orden del 0,5 por ciento. En el año, la baja sería del 0,9 por ciento, según la consultora. La hipótesis anual de Olivetto ronda el 0% para 2016. Un año planchado. "No habrá fiesta ni catástrofe", describió.
"¿Cómo cree que será la situación económica argentina en los próximos 6 meses?", preguntó TNS. En marzo, la gran mayoría (un 38%) confiaba en que la situación mejorará algo. En enero, los que marcaron esta respuesta del cuestionario habían sido un 41%, lo que implica que el pesismismo crece entre los consumidores argentinos. Un 9% estimó, en tanto, que la situación estará mucho mejor. Los pesimistas no son tantos pero hay. Sólo entre el 16% y el 13% cree que el escenario de los consumidores será algo peor o mucho peor que el actual.
"Es probable que en el segundo semestre el consumo comience a recortar sus pérdidas", anticipó Sigaut Gravina. "Se estima que con la enorme contracción de la política monetaria se vuelva a una inflación del 2% mensual. La pregunta es si se podrá, como dice el Gobierno, perforar ese 2% similar al del kirchnerismo", sostuvo el economista y agregó: "Hay que ser realista, la caída del consumo se desacelerará pero no mejorará mucho".
"En el primer trimestre hubo pérdida del poder adquisitivo", completó Olivetto. "Pero hay cosas que por default van a suceder: van a subir algunos sueldos y en diferentes magnitudes, se va a desacelerar la inflación, ya que no habrá más subas tarifarias y el alza del desempleo va a ser acotada", indicó.
En ese contexto, el especialista en consumo advirtió que los alimentos se moverán a fines de año entre + y - 1%, mientras que los bienes durables (autos, motos, tecnología, indumentaria y electrodomésticos) mostrarán un rango dispar de entre + y - 5 por ciento. "Hoy todavía todo está muy verde. En otros años era quizás más fácil hacer una proyección", advirtió. En ese contexto, Sigaut alertó además sobre las nuevas formas de negociación salarial que implican incrementos sólo semestrales y que no dan certidumbre para todo el año corrido.
"Pensando ahora en el ingreso total de su hogar, ¿cómo cree que evolucionará en los próximos seis meses?", preguntó TNS Argentina a más de 1000 personas. La mayoría, un 34%, estimó en marzo que sus ingresos se mantendrán sin cambios, por lo que creen que, pese a la licuación salarial del primer trimestre tras el impacto de la devaluación, la suba de tarifas y la quita de retenciones, habrá actualizaciones salariales para compensar. El 26% se esperanza con una leve suba de sueldos, mientras que un 32% cree que perderá la batalla con la inflación.