Los ingresos de los argentinos.
Son los que perciben como máximo $11.500 mensuales. Desde 2011 se estancó la movilidad social ascendente.
Martín Bidegaray
De acuerdo a quienes siguen el comportamiento de los consumidores, el 46,7% de la población argentina es de clase baja. Esa clasificación aplica para los hogares cuyos ingresos mensuales tienen un techo de $ 11.500 y contempla el impacto en los bolsillos que tendrán las paritarias y probables aumentos de los planes sociales y otras ayudas estatales. Eso sí, la clase media sigue siendo mayoritaria: comprende un 48,2% de la población y gana desde $ 11.500 hasta $ 54.500, según datos de la consultora W, adelantados en exclusiva a Clarín.
Siempre de acuerdo a ese estudio, la movilidad social ascendente se encuentra estancada desde 2011. Cuando Cristina Kirchner arrancó su segundo mandato, el 53,3% del país era de clase media y/o alta. Ahora, el 53,2% de la Argentina se encuentra en esa misma situación.“Cuando el Gobierno dice que el candidato es el ‘proyecto’, es porque quiere que la gente se compare contra 2003“, explica Guillermo Oliveto, director de W.
“Desde 2011, la economía dejó de crecer y el Gobierno se equivocó, cuando se pelea con la clase media, diciéndole a 11 millones de personas de clase media que quieren comprar dólares para ir a Miami, cuando 8 de cada 10 quiere dólares para preservarse de una crisis”, agrega.
Dentro del segmento clase baja hay un 14,7% que es de clase baja-baja con ingresos promedio de $ 3.950 mensuales y un techo de $ 5.650. Es lo que en marketing se denomina D2/E. Un 32% de la Argentina es clase baja “superior”, con un promedio de $ 8.500. Para las compañías de consumo masivo, conforman el segmento “D1”. “Un mozo, un motoquero, cualquier trabajador vinculado a la informalidad que tiene ingresos variables y no entra en los planes sociales”, lo configura Oliveto.
La clase media típica gana $ 17.250 mensuales y es el C3 para los especialistas en consumo. Se habla de clase media “alta” a un promedio familiar de $ 34.000, mientras que un hogar del ABC 1 –el segmento más apetecido por las marcas– obtiene $ 107.500.
Sin embargo, el 80% del país se considera de clase media. Hay sectores de clase baja y otros acomodados que declaran pertenecer a un nivel socioeconómico distinto del que son. Oliveto analiza el fenómeno en el libro “Argenchip, Cómo somos y como pensamos en Argentina”.
“Subió el PBI, pero la proporción en que se repartió la suba del ingreso es muy inequitativa. Ha sido mucho más acentuada la concentración en la punta de la pirámide”, observa Isaac Rudnik, de ISEPCi, que mide el costo de una canasta básica en el conurbano.
“El gran salto de movilidad fue hasta 2011, con mejora de salario real, generación de puestos de trabajo y políticas activas que, de alguna forma, operaron en esa distribución del ingreso. Pero, desde ahí, la industria deja de crecer, la construcción se retrae y los principales motores de la economía ya no funcionan”, marca Rodrigo Álvarez, socio y director de la consultora Analytica.
“En el imaginario argentino, la crisis es palpable cuando se mueve el tipo de cambio. Como el dólar se ajusta al 1% mensual, hay una sensación de ‘tensa calma’. Pero nuestra economía no crece desde hace 4 años”, recalca.