UNA PARTE DE LA SOCIEDAD VOTÓ SIN MIEDO AL FANTASMA DE 2001

ENFOQUE. “Al decir ‘cuidemos’, Scioli agita ese fantasma”.

Guillermo Oliveto dirige la Consultora W y escribió Argenchip, un texto que interpreta el comportamiento de los argentinos como ciudadanos-consumidores. Desde su mirada, por primera vez el domingo pasado, hubo parte de la sociedad que votó sin miedo al fantasma de 2001, y ése podría ser un factor decisivo mientras Cristina Kirchner llama en cada acto público a pensar cómo estaba el país por entonces y cómo está ahora.

—¿Cómo interpreta los resultados de las elecciones desde una mirada del estado de ánimo de los consumidores?

—Este año el consumo no estaba ni lo suficientemente fuerte como para inclinar la balanza a favor del oficialismo, ni lo suficientemente mal como para inclinarla a favor de la oposición. El resultado era impredecible. No era ni un contexto como 2011, ni la contracción de 2009.

—¿Qué se juega de cara a la segunda vuelta?

—Ahora quedan en tensión dos lecturas con dos miradas sobre los mismos números: el Gobierno trata de que el votante mire doce años: PBI +87%, ventas de electrodomésticos +700% y ventas de comida +70%. Pero la oposición plantea que el primer ciclo se creció a tasas chinas, en el segundo ciclo a tasas chilenas (4,5%) y que en el tercero se creció a tasas españolas, del 0,5% anual. La oposicion dice “esto no da para más”. El oficialismo viene con el “cuidemos”. Esa es la tensión latente.

—¿Todavía juega el miedo a que se repita 2001?

—Va a estar en debate si la gente se va a animar a votar dejando atrás el fantasma de 2001 y 2002. Ese fantasma nos condiciona hace 14 años. Cuando Daniel Scioli dice “cuidemos”, está agitando ese fantasma. Mauricio Macri te dice mirá la Argentina que podemos ser. La sociedad expresó que hay una porción bastante importante decidida a cerrar la herida de 2001 y 2002. Hay gente que votó mirando más para adelante que para atrás. De hecho, cuando Cristina fue a votar, dijo: “Néstor prometió que íbamos a llegar a un país normal, y estamos en un país normal”. Y es probable: en octubre la gente pensó que llegamos a votar sin que se haya producido el fantasma de la ciclo-crisis, y el hecho de votar tranquilos puede haber relajado a la sociedad, o a una parte.

—¿Se puede decir que si la economía no torció la balanza ni a favor ni en contra, se mira más si en la boleta hay una cara que no gusta?

—Pudiendo liberarse de la angustia del corto plazo, la gente empezó a mirar de otra manera el largo.

Copyright W & Guillermo Oliveto.